martes

DESDE EL DESVAN


Tal vez mañana
vuelva a buscar
viejos recuerdos
en el desván.
Y nuestras cosas
que allí enterré,
una vez más
despertaré.
Mis veinte años
y en tu mirar
nuestra pequeña
felicidad.
Año tras año
subo al desván
donde está todo,
todo está igual.

Sentiré
otra vez
la amargura,
la ternura
de ver
cosas tuyas,
se abrirán
los recuerdos
que encierra,
el desván
como un viejo
guardián.

Año tras año
me cuesta más
subir peldaños
hasta el desván.
Llegará un día
en que no podré,
y en la escalera
me quedaré
sin veinte años,
sin tu mirar,
sin la pequeña
felicidad.
Llegará un día
y te dirán
que ya no pude
ir al desván.

Dejaré
de sentir
la amargura,
la ternura
de ver
cosas tuyas,
no estarán
los recuerdos
que encierra
el desván,
como un viejo
guardián.

Año tras año
me cuesta más
subir peldaños
hasta el desván.
Llegará un día
y te dirán
que ya no pude
ir al desván.

EL BALCON ABIERTO


Amor escúchame,
ya sé que navegar
por este extraño mar
es algo que olvidé;
el tiempo de inventar,
el tiempo de creer
se fue y no puedo dar
lo que hace tiempo
fui a perder.

Abre pronto el balcón
que se está el corazón
asfixiando en la habitación,
busca pronto un candil
que sin luz nuestro Abril
en Diciembre se convirtió;
deja ya ese papel
de importancia y poder
y desciende peldaños,
que no sé si podré vencer
más desengaños,
que no tengo, lo sabes bien,
ya veinte años.

Amor escúchame,
es tiempo de bajar
hasta ese lugar
que estamos desde ayer,
acaba de soñar,
acaba de romper
tu forma de pensar
y mira al mundo
como es.

Abre pronto el balcón
que se está el corazón
asfixiando en la habitación,
busca pronto un candil
que sin luz nuestro Abril
en Diciembre se convirtió;
deja ya ese papel
de importancia y poder
y desciende peldaños,
que no sé si podré vencer
más desengaños,
que no tengo, lo sabes bien,
ya veinte años.

Abre pronto el balcón
que se está el corazón
asfixiando en la habitación,
busca pronto un candil
que sin luz nuestro Abril
en Diciembre se convirtió;
deja ya ese papel
de importancia y poder
y desciende peldaños,
que no sé si podré vencer
más desengaños,
que no tengo, lo sabes bien,
ya veinte años.