domingo

DE NO SER POR ESO


En el silencio que da a mi cuarto
color de sombra,
hay un recuento de vanidades
sobre la alfombra,
viejas manías que se han colgado
de las cortinas
y me contemplan por los rincones
de sus rutinas
como a su dueño,
un hombre bueno
y un perdedor.

Esas verdades que son de origen
o que me han dado,
esas consignas que forman parte
de mi pasado,
me hacen más débil, le restan ases
a mi baraja,
qué pocos quedan que hagan su juego
sin una trampa,
hoy estoy solo
con ese acento
de soñador.

De no ser por eso
no me importaría
la puerta cerrada
y el "vuelva otro día"...
de no ser por eso
esta misma tarde
vendería mis cosas
por cuatro reales.

Ahora en mi cuarto con mi silencio
y con más desaires,
a esa pregunta que sube a verme
desde la calle,
vuelvo a decirle que ya no hay cambio
que no hay viraje,
que aunque no quiera, de tanto verlo
soy como el traje
que llevo puesto,
tan gris, tan serio,
tan de señor.

De no ser por eso
no me importaría
la puerta cerrada
y el "vuelva otro día"...
de no ser por eso
esta misma tarde
vendería mis cosas
por cuatro reales.

De no ser por eso
no me importaría
la puerta cerrada
y el "vuelva otro día"...
de no ser por eso
esta misma tarde
vendería mis cosas
por cuatro reales.

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