lunes

ELLA ESTA TRISTE Y EL ESTA SOLO



Ella está triste y él está solo en el bar Unión,
afuera el agua cala los huesos del corazón,
él pide un trago caballo blanco para empezar...
a él los caballos le ponen algo sentimental.

Con el pitillo hace un anillo de colección,
el humo viaja camino al techo del bar Unión,
ella entretanto piensa en el dandy que la había amado,
un tipo duro llamado Shanto que aún no ha olvidado.

Mira su cara en el espejo del gran salón,
si no lloviera tal vez saliera del bar Unión,
pero se queda porque prefiere para el dolor
la luz espesa color de luna que da el neón.

Ella está triste y él está solo en el bar Unión,
afuera el agua cala los huesos del corazón,
Dios toca el piano y el segundero en el reloj
hace rayitas con alfileres en el dolor.

Pero volvamos donde dejamos la narración,
ella está triste y él está solo en el bar Unión,
él pone un disco de Sergio Endrigo en la gramola,
va hacia la mesa donde ella llora porque está sola...

no dice nada, corre la silla, saca un pañuelo,
ella lo acepta, alza los ojos, se arregla el pelo,
él hace señas, pide dos tragos al camarero,
los caballitos de vez en cuando son milagreros.

Caballo blanco para la dama y el caballero,
afuera vuelan las gotas frías del aguacero,
parece un cuadro pidiendo a gritos exposición:
dos solitarios color de luna bajo el neón.

Dios cierra el piano, hizo el trabajo, cruza el salón,
se va a la calle, sale volando del bar Unión,
algunos bares parecen hechos a la medida,
son como santos que hacen milagros en las heridas...
algunos bares parecen hechos a la medida,
son como santos que hacen milagros en las heridas.


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