sábado

CANCION DE LOS MUERTOS


Sobre una chapa de cobre
un hombre estrena la caja
y cuando entre sogas baja
buscando la tierra el pobre,
le miran los ojos yertos
de los muertos.

La tierra entonces te abriga
te abraza con muda queja
la tierra, la tierra vieja
que siempre será tu amiga
en el bárbaro desierto
de los muertos,
de los muertos.

Al irse el último amigo
al secarse luego el llanto
queda el silencio y es tanto
que muerte lleva consigo,
que está en los ojos abiertos
de los muertos,
de los muertos.

Y en la noche solo estás
estás muerto con mil más,
y en la noche nada ves
allí estás aunque no estés,
vivirás el sueño incierto
de los muertos,
de los muertos.

Tendrás calor, tendrás frío
y nunca te moverás,
igual que entraste, estarás
hasta quedarte vacío
tú eres abono en el huerto
de los muertos.

Y con la boca hacia arriba
y las manos sobre el pecho,
la madera como lecho
los gusanos como criba
en el bárbaro concierto
de los muertos,
de los muertos.

Tú eres el punto final
de una vida sin sentido,
eres el postrer latido
de un grotesco carnaval,
¡qué tristes payasos yertos
sois los muertos!
sois los muertos.

Y poco más, una flor
una lágrima en la tumba,
la interminable penumbra
y a pudrirse en el calor,
en el calor seco y yerto
de los muertos,
de los muertos...
en el calor seco y yerto
de los muertos,
de los muertos...
en el calor seco y yerto
de los muertos,
de los muertos.

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